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¿Alguna vez te ha pasado algo bueno y has tenido ganas de gritarlo a los cuatro vientos? Hay algo en compartir buenas noticias que parece mejorar las reacciones positivas que obtenemos de los acontecimientos felices de nuestras vidas, que es lo que los investigadores llaman capitalización.
Compartir los acontecimientos positivos con los demás (y recibir una respuesta entusiasta a cambio) se ha relacionado con muchos buenos resultados, incluidas relaciones más estrechas y una mayor felicidad. Un nuevo estudio sugiere que existe otro beneficio de compartir las cosas buenas: más sentimientos de gratitud.
Buenas noticias, más gratitud, mejores relaciones
Los investigadores comenzaron preguntando a casi 300 participantes (de 25 a 85 años) sobre su demografía (como la raza), su salud en general, con qué frecuencia tendían a compartir buenas noticias y cómo respondían generalmente las otras personas a sus buenas noticias: ¿mostraban entusiasmo o interés? (como felicitaciones), ¿comentaron sobre posibles aspectos negativos? (como señalar que una promoción podría significar más estrés) o ¿ignoraron las buenas noticias por completo?
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Luego, seis veces al día durante diez días, los investigadores pidieron a los participantes que informaran sobre lo agradecidos que estaban en ese momento, qué tan recientemente habían tenido un encuentro social, si habían compartido buenas noticias con esa persona y qué tan cerca se sentían de esa persona.
Posteriormente, los investigadores analizaron los resultados para buscar patrones. Descubrieron que aquellas personas que compartían eventos positivos con otros se sentían más agradecidas en el momento y más cercanas a la persona con quien compartían la noticia. Además, las personas con tendencia a compartir buenas noticias y recibir respuestas entusiastas fueron las más agradecidas del grupo, en general.
La coautora del estudio, Alexandra Gray, de la Universidad Northeastern, señaló que los hallazgos sugieren que compartir buenas noticias es una forma de mejorar la gratitud y cosechar los frutos de ello.
“Cuando compartes eventos positivos con otras personas, sientes gratitud”, dice Gray. “Sabemos que la gratitud tiene sus propios beneficios, como un mayor bienestar o una mayor calidad en la relación con la persona con la que interactúas, fortaleciendo tu vínculo social con ella”.
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¿Cómo compartir buenas noticias conduce a la gratitud? Verbalizar buenas noticias llama la atención sobre las cosas buenas que suceden en tu vida, dice Gray. Por ejemplo, podrías contarle a un amigo lo bien que lo pasaste durante las vacaciones y, al contarle lo sucedido, podrás volver a experimentar los sentimientos positivos y sentirte aún más agradecido.
Obtener una respuesta entusiasta a tus buenas noticias también es importante, dice Gray, porque te hace sentir reconocido, validado y atendido de una manera que fortalece tu relación y también genera gratitud. Es fácil imaginar que, si tu amigo te pide que le cuentes más al respecto, en lugar de señalar la inanidad de las vacaciones o cambiar de tema por completo, tu gratitud aumentará.
Algunas personas son mejores que otras a la hora de capitalizar eventos positivos.
Si bien la salud física de una persona no parecía estar relacionada con estos efectos, su edad sí lo hacía. Los adultos mayores experimentaron más gratitud cuando percibieron a sus compañeros como personas típicamente entusiastas y solidarias que respondían a sus buenas noticias. Esto podría deberse a que los adultos mayores tienden a centrarse más en las emociones positivas en sus interacciones sociales y a buscar conexiones sociales que respalden su bienestar.
Aunque Gray y su equipo no analizaron quiénes eran exactamente los destinatarios de las buenas noticias (como amigos, parientes, parejas o colegas), la investigación sugiere que compartir buenas noticias con los seres queridos fortalece esas relaciones y conduce a sentimientos más positivos, mientras que otro estudio sugiere que la cercanía de la relación puede no ser tan importante. Esta última investigación interesa a Gray, quien cree que podría significar que compartir buenas noticias con extraños también podría aumentar la gratitud.
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“Cuando se comparten buenas noticias, realmente no importa quién sea el interlocutor, sino del tipo de respuestas que brindan”, dice.
Sin embargo, la cultura puede influir en la forma en que las personas comparten buenas noticias y los beneficios de hacerlo. Algunas culturas del este de Asia no tienden a valorar la expresión de emociones positivas tanto como lo hacen las culturas occidentales, dice Gray, tal vez porque les parecen expresiones exageradas. Por otro lado, señala, una investigación reciente encontró que las personas de las culturas del este de Asia valoran las respuestas entusiastas a sus buenas noticias, así como las respuestas más discretas, pero de apoyo.
Si bien descubrieron que compartir buenas noticias tenía beneficios reales, dice Gray, la gente no compartía buenas noticias con frecuencia: sólo alrededor del 25% de las veces que fueron encuestados. Para ayudar a comprender por qué, el próximo proyecto de investigación de Gray analizará si las personas subestiman los beneficios de compartir buenas noticias (particularmente con extraños) del mismo modo que subestiman los beneficios de socializar o ser amable con los demás.
“Si alguien sabe que va a tener la oportunidad de compartir un evento positivo con un extraño, probablemente se sentirá un poco aprensivo y tal vez piense que la conversación no será cómoda, no fluirá bien o no será placentera”, dice. “Pero tengo la sensación de que la gente se sorprenderá de lo mucho que realmente disfrutan de esta interacción positiva, incluso con un extraño”.
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Si bien este tema debe ser aun investigado a profundidad, Gray sugiere que las personas no se abstengan de compartir sus buenas noticias con los demás o de mostrar entusiasmo cuando otros comparten buenas noticias con ellos ya que las personas se sienten más agradecidas y cercanas a los demás cuando aprovechan eventos positivos, y lo hacen con más frecuencia cuando reciben refuerzo positivo por hacerlo, todos tenemos un papel que desempeñar para ayudar a difundir la positividad.
“Los resultados sugieren que deberíamos compartir eventos positivos, pero también tratar de alentar a otras personas a compartir buenos eventos con nosotros, para que podamos darles esas respuestas positivas”, dice Gray. “Tal vez una vez que las personas vean lo bien que se siente, buscarán oportunidades futuras para compartir buenas noticias y poner las cosas en marcha, abriendo la puerta para que otros compartan sus buenas experiencias convirtiéndose en un ciclo que sigue y sigue”.
Este artículo fue publicado originalmente en Greater Good, la revista en línea del Greater Good Science Center de UC Berkeley. Ingresa aquí para leer el artículo original.