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¿Sabías que 842 millones de personas de todo el mundo sufren hambre? Mientras tanto, un tercio de los alimentos que se producen se pierden o desperdician al no consumirse, y 2.6% de las pérdidas mundiales de alimentos se dan en América Latina y el Caribe. A todo esto, se le suman los recursos utilizados en vano para su producción, que incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.

Las pérdidas y el desperdicio de alimentos son un obstáculo para la seguridad alimentaria. Además, tienen un gran impacto sobre el ambiente porque al producir alimentos que no se consuman, estamos desechando agua, suelo, energía, mano de obra, combustibles y dinero, entre muchos otros recursos. Para hacer frente a esta situación es muy necesario el compromiso de todos los actores involucrados a lo largo de la cadena agroalimentaria, incluso cada uno de nosotros como consumidores.

A continuación, te presentamos una serie de prácticas que puedes implementar para que entre todos logremos un consumo más responsable. El objetivo es reducir el desperdicio de alimentos, especialmente en las etapas de compra, almacenamiento y consumo. Además, no te olvides que un consumo responsable contribuye con el cuidado del ambiente y de tu bolsillo.

¿Qué puedo hacer para evitar el desperdicio?

1.Planificar las compras

Antes de ir a hacer las compras, chequea lo que tengas en la alacena y la heladera. Luego, toma lápiz y papel para armar una lista de los productos que necesites. Así solo comprarás lo necesario y evitarás las compras compulsivas o innecesarias.

Una vez en el supermercado, haz un recorrido inteligente. Empieza por los artículos de limpieza y perfumería, luego los alimentos secos y no perecederos, tales como fideos, harina, aceites, etc. Después, selecciona los alimentos frescos y perecederos. Al adquirir estos productos, tales como frutas, verduras y carnes, es recomendable hacerlo en pequeñas cantidades y con mayor frecuencia para disfrutarlos en su mejor momento.

Finalmente, busca los refrigerados o congelados, que es conveniente embolsarlos para evitar derrames y goteos. Al terminar la compra, vuelve directamente a tu casa para no perder la cadena de frío de los alimentos refrigerados y congelados. ¡No dejes que pasen más de dos horas!

¡Ojo con las ofertas! Las ofertas pueden ser muy útiles si estás seguro de que vas a usar todo lo que estás adquiriendo. En algunas ocasiones, los descuentos te llevan a comprar más cosas de las que realmente necesitas. Ten en cuenta que si finalmente no consumes lo que compraste y se descarta, la oferta no tuvo ningún beneficio.

2. Organiza lo que has comprado

Sin importar dónde almacenes las compras, recuerda lo siguiente: PV-PS. Primero vence, primero sale. Esta simple regla mnemotécnica es muy útil para ordenar nuestra alacena y heladera. Es decir que se recomienda cocinar y comer primero lo que está más próximo a su fecha de vencimiento. Al guardar los alimentos recién comprados, colócalos en la parte posterior y trae al frente los que se compraron antes para facilitar el acceso a dichos productos.

En la alacena, guarda los alimentos secos o de bajo riesgo, tales como harinas, aceite, fideos, arroz, especias, entre otros. Este lugar debe ser seco, bien ventilado, oscuro, aunque debe contar con buena iluminación, y de fácil limpieza y desinfección. Los envases de los alimentos deben mantenerse sanos. Es importante que sepas que no se deben almacenar otro tipo de productos que no sean alimentos (por ejemplo, artículos de limpieza), a fin de evitar contaminaciones.

Las frutas y verduras van en la heladera. La mayoría de las heladeras tiene un cajón especialmente destinado a guardarlas, lo que permite separarlas del contacto directo con el frío y de otros alimentos. Este cajón debe mantenerse limpio y seco puesto que los restos de frutas, verduras y agua contribuyen a deteriorar otros alimentos en perfecto estado.

Además, no dejes alimentos recién cocidos o preparados fuera de la heladera ya que la temperatura ambiente es la preferida de las bacterias y los hongos. Estos pueden contaminar el alimento y provocarnos enfermedades. Cuanto más tiempo pase un alimento recién preparado sin refrigerar, más probable será que se contamine.

Finalmente, usa el freezer o congelador. Congelar los alimentos es un medio efectivo y confiable de conservación. Se pueden congelar productos frescos o preparaciones listas pero divididas en porciones individuales. Así podrás descongelar solo lo que vas a consumir. Recuerda utilizar siempre recipientes o envoltorios herméticos y agregar una etiqueta con la fecha de entrada al freezer, el contenido y el número de porciones. Para que el freezer sea efectivo y seguro debe mantener una temperatura de -18ºC. Ten en cuenta que un alimento cocido solo puede ser congelado y recalentado una vez, mientras que un alimento crudo puede ser congelado una sola vez, pero luego de cocido puede ser congelado nuevamente.

3. Aprovecha todos los alimentos

Si aun calculando las porciones te sobra comida, puedes guardarla en la heladera si se va a consumir en el lapso de 1 ó 2 días, o congelar si se desea utilizar más adelante. Recuerda que para guardar tus alimentos debes utilizar envases herméticos que eviten el contacto con alimentos crudos y el resecamiento por el frío.

Además, los alimentos que sobran hoy pueden ser una excelente comida para mañana, porque usando la creatividad cualquier resto de alimentos puede convertirse en un nuevo plato. Por ejemplo, las carnes cocidas pueden ser reutilizadas en un sándwich, un estofado o un relleno de pastas. A su vez, con la leche a punto de vencer puedes preparar postres tales como flan, arroz con leche, pasteles y bizcochuelos. El pan seco lo puedes convertir en pan rallado o en budín, y el pan húmedo en crutones. Hay infinitas posibilidades de reutilización.

Si definitivamente no consumirás algún alimento, anímate a compostar. El compostaje es la transformación de materia orgánica en abono natural que permite recuperar nutrientes a la vez que ayuda a reducir el impacto climático. Esta transformación se puede hacer en cualquier casa mediante un compostador que será pequeño o grande dependiendo de la cantidad de desechos y del espacio para colocarlo.

¿Cómo se hace un compost? Consiste en apilar en capas los restos de frutas, verduras, papeles, cartones, residuos de poda, hojas secas, paja, y otros desechos de origen vegetal, y remover cada tanto para airear. Los desechos se irán transformando en una masa húmeda de abono para plantas. ¡Anímate! Busca manuales y videos en internet.

4. Consumir alimentos fuera de casa responsablemente

Las porciones de comida que sirven en restaurantes y rotiserías suelen ser muy abundantes. Si además deseas empezar con una entrada y probar algún postre está claro que no vas a poder comer todo. La buena noticia es que está bien visto pedir a quien te atiende que te prepare un paquete para llevar las sobras de tu plato para consumir en otra oportunidad. Así te queda preparada una vianda gourmet para almorzar en el trabajo, la facultad o la escuela al día siguiente.

Por otro lado, cuando se organizan reuniones con muchas personas por lo general suelen sobrar grandes cantidades de comida. Más aun cuando se contrata un servicio de catering o preparados de pastelería.  En estos casos, es un lindo gesto repartir la comida entre los organizadores del evento, o incluso ofrecer a los invitados lo que ha sobrado. Si charlaste tanto que te quedaste sin probar algunos bocaditos, ¿qué mejor que llevarlos para el desayuno o el almuerzo? O si bien prefieras guardar lo que sobra en tu casa, acuérdate de tu mejor aliado: el freezer.

Como has visto, es muy simple comprometerte y contribuir. Solo debes conocer y poner en práctica estos y otros consejos, tales como estas 5 maneras de reducir tus desechos, que te ayuden a realizar un consumo más responsable y así reducir tu desperdicio de alimentos.

Además, puedes multiplicar el mensaje, compartiéndolo con tu familia, amigos, compañeros de trabajo, de estudio, del gimnasio, etc.

Good Doers from Gilat Thailand prepare food for their community in need.

Este manual fue realizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la República Argentina, dentro del Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos. Este artículo es una reproducción.

Para ver el manual completo, haz click aquí.

Para más información, visitar http://www.alimentosargentinos.gob.ar/HomeAlimentos/ValoremoslosAlimentos/

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