(www.cetys.mx)
Es necesario articular a los sectores para prevenir la violencia infantil en Puebla.
Abres tus redes sociales esperando enterarte qué sucede. Buscas tus amigos o solo revisas qué cuentan los demás, pero siempre te vas a encontrar las noticias de niños o niñas perdidos, víctimas de violencia; madres o padres reportando la violencia hacia a sus hijos de alguno de ellos.
El espacio digital está plagado de esas noticias, y a veces darás me gusta, me enoja o compartirás, pero ¿qué hay más allá de accionarse a favor de detener este problema, más allá de afectar la vida de un infante? Afectará el desarrollo de una comunidad hasta de un país ya que son ellos, las víctimas, quienes heredarán la sociedad, la política y las decisiones de un futuro inmediato y educarán como fueron educados.
Según datos del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), en el año 2023, Puebla ocupó el quinto lugar a nivel nacional en casos de violencia infantil, con más de 4,000 denuncias por maltrato físico, psicológico y abuso sexual. Estas cifras, sin embargo, solo reflejan una parte de la realidad, ya que se estima que 7 de cada 10 casos no se denuncian debido al miedo, la normalización de la violencia o la desconfianza en las autoridades al denunciar al no tener personal especializado y con la calidad humana de atender un caso cuidando la integralidad del menor.
(https://news.un.org/es/)
De acuerdo con el SIPINNA y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2023):
- De 0 a 5 años: 18% de los casos reportados (principalmente maltrato físico y negligencia)
- De 6 a 12 años: 35% de los casos (violencia física, psicológica y bullying escolar)
- De 13 a 17 años: 47% de los casos (abuso sexual, violencia en el noviazgo y explotación laboral), siendo esta población la más vulnerable debido a la exposición de entornos como la escuela, las redes sociales y las calles.
(https://semanarioactualidad.com.ar)
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP, 2023) para Puebla:
- Violencia física: 42% (golpes, quemaduras, castigos corporales en hogares y escuelas).
- Violencia psicológica: 30% (humillaciones, amenazas, abandono emocional).
- Abuso sexual: 20% (tocamientos no consentidos, violación, explotación).
- Dato alarmante: 85% de los agresores son conocidos (familiares, vecinos, maestros).
- Negligencia: 8% (desatención en alimentación, salud o educación).
- En las escuelas: 1 de cada 3 niños sufre bullying (Encuesta Nacional de Victimización de Empresas– ENVE, 2022).
- En los hogares: 60% de los casos de maltrato infantil ocurren en el ámbito familiar (Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia– DIF Puebla, 2023).
- Redes sociales: aumento del grooming (acoso en línea), con un 15% de adolescentes afectados (ONG Save the Children, 2024).
Estos son números y a lo mejor no impactan, pero detrás de cada uno hay un menor roto, una familia en problemas, un silencio que quiere explotar, una víctima, una vida, una esperanza rota y sueños rotos.
(https://meninos.org/es/)
Importante la participación de la sociedad civil
Existen muchas organizaciones no gubernamentales en Puebla trabajando con recursos propios pero aislados de otros sectores como Justicia Ciudadana con charlas en escuelas; Ya basta, diseñando material para la prevención del abuso; ECHO ateniendo a víctimas de abuso; World Vision capacitando maestros; así podemos enlistar sin parar, sin embargo, estas iniciativas enfrentan retos como falta de financiamiento, cobertura limitada y poca o nula articulación con el gobierno.
Según un informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), solo el 30% de los municipios de Puebla cuenta con programas de protección infantil efectivos, lo que deja a miles de niños en situación de vulnerabilidad.
La violencia infantil en Puebla no puede resolverse con esfuerzos aislados. Necesitamos una revolución de empatía y acción colectiva, donde las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) tengan mayor apoyo financiero y técnico, el gobierno priorice políticas públicas con enfoque de derechos humanos, y la sociedad asuma un rol activo en la prevención, pero unidos, no cada quien, por su lado, dejando el brillo político y atendiendo el problema de raíz, con prevención, información, material accesible y sistemas innovadores de comunicación para cada grupo de edad.
(https://www.aldeasinfantiles.or.cr/)
El gobierno debe fortalecer los sistemas de denuncia anónima y garantizar la persecución penal efectiva, incrementar el presupuesto para programas locales de protección infantil y abrir la participación con fundaciones locales, nacionales e internacionales fomentando sus acciones y financiando sus alcances:
- La sociedad puede promover redes vecinales de vigilancia y apoyo emocional, capacitar a líderes comunitarios en detección temprana de violencia y denuncia a tiempo, desarrollar estrategias familiares para conocer técnicas de protección como avisar, rastreo y detección oportuna.
- La iniciativa privada puede invertir en alianzas con OSC para financiar centros de atención y prevención, implementar políticas de cero tolerancia hacia la violencia infantil en sus cadenas de valor y desarrollar publicidad que ayude a la prevención.
- Los medios de comunicación deben dejar de normalizar la violencia y crear campañas con mensajes de prevención, cuidar los derechos de los niños en sus publicaciones y usar plataformas digitales para difundir herramientas de autocuidado para niños.
Como se puede ver, es tarea de todos y solo así uniendo esfuerzos lograremos disminuir estas cifras alarmantes, pero no con la idea de cifras, sino de corazones que quieren una mejor oportunidad, quieren salir sin miedo a la calle, quieren tener relaciones sin lágrimas, quieren ser bomberos o policías para ayudar, quieren ser vistos y quieren ser importantes para sus núcleos de convivencia más no quieren víctimas.