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Numerosos estudios sobre filantropía en México han cuestionado si los mexicanos donan a causas sociales y en la mayoría encontramos que no. La cultura de la donación en nuestro país es muy baja y los motivos pueden ser diversos, desde falta de dinero hasta no saber en dónde o a quién donar, pero una de las respuestas comunes es que no se confía en lo que harán con ese dinero, es decir, la transparencia de las organizaciones; siendo esta la respuesta más común y eso se debe a diferentes factores.
Las organizaciones de la sociedad civil dependen en gran medida de la generosidad de individuos, empresas e instituciones. Sin embargo, en los últimos años, diversos escándalos financieros han generado desconfianza en algunas organizaciones, lo que ha llevado a los donantes a ser más exigentes en cuanto a la rendición de cuentas. Para combatir esta percepción negativa, las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) deben adoptar medidas que aseguren la transparencia en el uso de los recursos y la ejecución de sus proyectos.
Existen varias formas de organizarse en la sociedad civil. Hay organizaciones, fundaciones y colectivos que tienen una estructura muy particular de funcionar, así como sus derechos y obligaciones, pero hoy, para ser prácticos, las separaremos en organizaciones donatarias y no donatarias.

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Una organización donataria es aquella que ha pasado por un proceso de acreditación ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para poder ser autorizada y extender recibos deducibles de impuestos; estos recursos son deducibles para los donantes al 7% del total de sus impuestos. Cuando de empresas hablamos y en el caso de personas son menos deducibles, ya que están topados y se suman todas las deducciones que una persona puede presentar.
Por lo anterior es que la cultura de la filantropía en México es baja y no se fomenta con beneficios fiscales; aun así, las donaciones son las que permiten que mantengan su misión activa pasando por muchas obligaciones para mantenerse como vigentes en la autorización.
Las organizaciones no donatarias autorizadas son las que, si bien realizan un trabajo asistencial no lo hacen deduciendo impuestos de los donantes que les entregan su dinero, por lo tanto, la transparencia no es una obligación legal y solo es adoptada por decisión de los directivos como método de confianza. Toda organización no donataria autorizada por la autoridad fiscal es una empresa más y tributa en el régimen de personas morales comunes.
Hoy es por ello por lo que se dividen en dos grandes grupos: las donatarias y las no donatarias que cada una tiene sus cuestiones fiscales y también sus cuestiones legales.
Las organizaciones que son donatarias autorizadas tienen que pasar por procesos muy estrictos cada año o cada seis años dependiendo de la administración federal van cambiando, pero van en aumento o bien salen nuevas decisiones gubernamentales que hacen que el ser donataria autorizada sea un logro hoy.

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Por ello es que debemos saber lo que una organización debe hacer para transparentar esos recursos:
En el mes de febrero presenta su declaración de ingresos y egresos ante el SAT; y en el mes de mayo presenta su informe de transparencia ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), donde tiene que reportar de dónde provienen sus recursos y a dónde los aplicó, así como sus programas. En el mes de enero aquellas entidades que están registradas en la Clave Única de Inscripción al Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad (CLUNI) deben presentar una declaración donde informan si recibieron o no recursos de administración local municipal o estatal, además se deben presentar informes de antilavado cada mes dependiendo si recibieron o no recursos que sobrepasen los umbrales. Por ejemplo, si una organización no gubernamental recibe 100,000 pesos de donativo en efectivo debe dar aviso al SAT y a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de dónde provienen esos recursos y a dónde se destinarán.
Esto es poco de lo mucho que se tiene que hacer para mantener el estatus de donataria autorizada. La omisión de alguno de estas obligaciones genera la revocación inmediata de la autorización, lo que puede provocar en la organización un daño irreversible también a sus donantes, y a sus ingresos que le permiten dar el servicio asistencial, además que se hará acreedora a una multa que dependerá de esos donativos y que en muchas ocasiones la institución no cuenta con la suficiente solvencia económica para hacerle frente a estas multas por la omisión.

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Estas son algunas de las obligaciones que las organizaciones tienen en nuestro país, y son legales, es decir, no hay opción de evitarlas. También existen las internas, aquellas que las instituciones definen para mejorar aún más la rendición de cuentas ante sus donantes beneficiarios o usuarios:
- Publicación de informes periódicos: es fundamental compartir balances financieros, reportes de impacto y auditorías independientes en la página web de la organización y otros medios accesibles
- Uso de plataformas digitales: herramientas como sitios web, redes sociales y aplicaciones pueden facilitar la rendición de cuentas y la comunicación directa con los donantes
- Políticas de acceso a la información: implementar mecanismos que permitan a cualquier persona interesada consultar datos sobre el manejo de fondos y actividades de la ONG
- Involucrar a los donantes en el proceso: realizar reuniones informativas, enviar boletines y fomentar la interacción en redes sociales puede hacer que los donantes se sientan parte activa del cambio
Todo esto mejora la confianza entre las personas y hace que las instituciones reciban donativos, además que muchos de estos requisitos son solicitados por las fundaciones donantes tanto nacionales como internacionales para poder otorgarles recursos económicos o en especie.
En un contexto donde la confianza es clave para la sostenibilidad de las OSC, la transparencia se presenta como el camino más seguro para garantizar donaciones estables y duraderas. Al adoptar buenas prácticas de rendición de cuentas y comunicación abierta, las organizaciones no solo fortalecerán su reputación, sino que también asegurarán el impacto positivo de sus proyectos en la sociedad.

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La transparencia no es solo una obligación ética, sino una estrategia inteligente para el crecimiento y la credibilidad de cualquier OSC. Así que, si tú estás pensando en ayudar a alguna institución, pero no sabes cuál es su nivel de transparencia, solo debes investigar acerca de su estatus y con eso sabrás qué ha pasado por procesos de rendición de cuentas y aclaración de ingresos y egresos y eso te debe generar más confianza para poder hacerlo. No lo pienses, hazlo.
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