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Cotidianamente he descubierto que en el sector de las organizaciones en México confundimos estos dos términos y no le damos su espacio y sentido a cada una, confundiendo la sustentabilidad con el tema económico y por eso me dediqué a escribir este artículo para que conozcamos el sentido de cada una y como aplicarlo a las organizaciones.
Entender sus diferencias y cómo se complementan es crucial para asegurar el impacto y la permanencia de estas organizaciones en el tiempo, que es el factor que las une.
La sostenibilidad financiera se refiere a la capacidad de una organización para obtener, gestionar y generar recursos económicos de manera eficiente para cumplir con su misión a largo plazo. No se trata solo de contar con fondos en el presente, sino de construir una estructura financiera resiliente, diversificada y capaz de sostener sus programas más allá del apoyo ocasional de donantes o subvenciones. Nuevamente tiempo es el énfasis, no habla de resolver inmediatamente sino a largo plazo.
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Y para que esto se logre pensemos en diversificación de fuentes de financiamiento, generación de recursos y estrategias con visión de futuro. Capacidad de planificación financiera a largo plazo, buen manejo contable y transparencia.
Una organización financieramente sostenible puede resistir crisis económicas o cambios en la disponibilidad de fondos sin comprometer su operación o su misión social.
Por otro lado, la sustentabilidad, implica que la ONG actúe de manera responsable con el entorno social, económico y ambiental en el que opera y esto incluye que lo que hace está debidamente sustentada la necesidad de hacerlo.
En resumen, una ONG sustentable no solo busca resolver un problema inmediato, sino que trabaja para transformar estructuras y generar cambios sostenibles en el tiempo, sin agotar los recursos del entorno.
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¿Por qué ambas son importantes para el desarrollo de una ONG?
He visto organizaciones fracasar por no diferenciar estos pilares, con grandes ideas con un trabajo, una organización financieramente sólida pero ambientalmente irresponsable o socialmente excluyente perderá legitimidad. Asimismo, una ONG con proyectos valiosos y sostenibles, pero sin una base financiera estable, no podrá perdurar ni escalar su impacto.
Por eso, las organizaciones del tercer sector deben buscar un equilibrio estratégico entre ambos enfoques. No es una cuestión de elegir entre uno u otro, sino de integrarlos en su modelo de gestión y planificación.
La sostenibilidad financiera y la sustentabilidad no son conceptos intercambiables; son complementarios y fundamentales. Para que una organización crezca, genere impacto y se mantenga fiel a su misión, debe aprender a sostenerse económicamente sin comprometer su responsabilidad social y ambiental. Solo así podrá enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro seguro, ayudando de mejor manera.
La sostenibilidad viene de sostén, o sea, mantener lo que se hace y sustentabilidad se refiere a cómo mantenerse sin agotar esos recursos.
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Para que una organización logre la sostenibilidad financiera requiere procurar fondos de manera efectiva y contar con todo aquello que legal y fiscalmente sus leyes exigen, que en México no es nada sencillo y cada día son más requisitos.
Los mexicanos no saben los procesos y obligaciones que el gobierno les exige a las organizaciones y dicen según el Informe de Global de Generosidad 2025 que no confían y no creen que sus donativos sean bien aplicados por eso prefieren dar los recursos de manera directa sin importar la formalidad y el compromiso.
Algunas menciones hago sobre qué debe hacer una organización para lograr la sostenibilidad financiera, pero dependerá del nivel de desarrollo de cada una:
- Diversificación de fuentes de financiamiento, es decir, pedirles a más sectores y equilibrar esas peticiones
- No depender de un solo donante o convocatoria, comodidad contra responsabilidad, si algún día se retira temblará la estabilidad de la organización. Buscar más y mejores financiamientos
- La transparencia y rendición de cuentas como política permanente para generar confianza
- Una permanente búsqueda del fortalecimiento institucional
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Y algunas estrategias para lograr la sustentabilidad:
- Incluir a las comunidades beneficiarias y a la población en el diseño
- Ejecución y evaluación de los proyectos
- Aplicar prácticas sostenibles en sus operaciones como el consumo responsable, reciclaje y cuidado ambiental
- Diseñar proyectos que no dañen el entorno
- Siempre apostar por una cultura organizacional coherente
Todos los sectores pueden contribuir a ayudar a las organizaciones a mejorar su impacto y que sea duradero, pero es complicado cuando uno de los sectores sociales no entiende el papel estratégico de las organizaciones sociales en el desarrollo de una región o estado.
En Puebla, no se ha podido avanzar con el tema de que las autoridades estatales se sensibilicen, un ejemplo es la carta de acreditación de actividades que necesitan las donatarias autorizadas para mantener su estatus con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y recibir donaciones privadas y no ser multadas lo siguen confundiendo con una certificación y piden más de 20 requisitos en su mayoría no coherentes con leyes aplicables.
Qué difícil entender que el sector social es más un aliado que un subordinado, pero como todo no pasa nada, y hasta los perros hablan.
El Día de las Buenas Acciones es un día global de hacer el bien y es el pináculo de esta iniciativa anual de buenas acciones. Creado por la empresaria y filántropa Shari Arison en el año 2007, el Día de las Buenas Acciones ha ido creciendo y actualmente se encuentra presente en 115 países y cuenta con millones de participantes.
El próximo domingo 12 de abril es el Día de las Buenas Acciones.
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