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Hola, yo soy Roberto Hoyos, aliado del Día de las Buenas Acciones en Cuernavaca, México, y quiero preguntarte, ¿qué tienes para aportar, voluntario?

No es una pregunta retórica: ésta era, llamada “era del individualismo” y el capital, es en realidad el mejor escenario para habilitar voluntarios. Desde la invención de la agricultura, el mayor esfuerzo humano era destinado a la agricultura; a labrar la tierra para alimentarnos, a trabajar de sol a sol en un trabajo rutinario e intelectualmente entumecido. Salvo una pequeñísima minoría que ostentaba toda la riqueza (mucho más dispar que hoy), todos éramos más o menos iguales en nuestra aburrida rutina. Si había Mozarts o Leonardos nunca pudieron explotar sus talentos. Hoy, sólo una pequeñísima porción de la humanidad es suficiente para producir nuestros alimentos (no más del 5%). El resto nos dedicamos a faenas variopintas: analistas, músicos, escritores, artistas, vendedores, médicos, administradores, obreros, artesanos, etc. Tenemos actualmente, en nuestra combinada diversidad, muchísimo más conocimiento y oportunidad que todo el talento de la antigüedad. Tú sabes/tienes/puedes algo que te hace único. ¿Puedes aportar como voluntario?

No se requiere de una labor titánica ni de un fervor místico para poder aportar con un granito de arena. Detrás de cada aparentemente insulsa sección frívola de YouTube se esconde una labor novedosa: un influencer o una tuitera/bloggera es una celebración del talento disponible para compartir. Hay aquellos que catalogan y rescatan viejas tecnologías y adaptan a plataformas actuales, creando emuladores de videojuegos; hay otros que hacen covers musicales de piezas de rock o metal en mariachi; hay quienes comparten su conocimiento y enseñan a otros desde cómo usar un smartphone hasta cómo ser organizado; y, también, están los que cantan karaoke en un vehículo en movimiento. Todos ellos haciendo despliegue de talento que puede ser compartido. El tuyo, por modesto que sea, puede sumar a la balanza. ¿Debes aportar como voluntario?

El voluntariado es esencialmente social, lo cual debería facilitar nuestra intervención como participantes. No vivimos en aislamiento, a pesar de la monotemática cámara de eco en la que nos envuelve la hiper-conectividad. Nuestra vida significativa se desarrolla en un plano social, por las redes y felicidad que generamos.

¿Cuál razón es la que te mueve? Razones hay muchas: desde religiosas (el amor de obras buenas al prójimo) hasta sociopsicológicas (estar bien con uno mismo es estar bien con los demás, y viceversa). Pero añado una utilitaria: el mayor bien al mayor número. Dicho de otra forma: las labores de la casa se hacen más rápido cuando todos ayudan. Sea cual sea tu razón, el imperativo moral de compartir (talentos, tiempo, sueños, proyectos) se da de manifiesto en un plano social. Es decir, con otros. ¿Quieres aportar como voluntario?

Si has tomado la decisión, hay muchos lugares por donde iniciar: intenta en tu comunidad (en tu familia, en tu colonia, en tu localidad). Abre los ojos a las oportunidades: hay ya universidades que lo hacen y les vendría bien un poco de ayuda; hay programas internacionales que buscan campeones locales; o bien, inicia a tu propio ritmo, tu propio proyecto. Hay cabida para todos: Linux y mucho software libre nacieron como proyectos de voluntarios programadores. Obama fue organizador comunitario antes de tomar una carrera en el servicio público. El crowdsourcing y el crowdfunding son el epítome de que cada granito de arena cuenta: Wikipedia y KickStarter no existirían de no ser por el esfuerzo pequeño pero masivo de muchos voluntarios. Quizá haya grupos que requieran traductores, jornaleros, freelancers habituales, etc. Hay tantas formas de aportar como diversidad hay en el planeta. En cada mente, en cada corazón, hay un talento que quiere germinar.

Ya no nos dedicamos a la agricultura para, por medio de extenuante labor rutinaria, a extraer alimentos del suelo. Más bien de extenuante pero retador y gratificante esfuerzo, es que en cierta forma seguimos buscando cosechar un beneficio de nuestra ingeniosa labor. Qué mejor cuando ésta es voluntaria, caritativa, y empoderadora. Estamos buscando alguien como tú. ¿Qué tienes para aportar, voluntario?

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